Esa misma historia que siempre tiene para nosotros un mismo final, ese final que muchas veces nos hemos contenido, en la que hemos tratado de avanzar, en la que nos hemos frustrado conforme fuimos creciendo y adquiriendo la conciencia de que “algo” está mal.
Esa conciencia que hinca, esa conciencia que nos daña y que algunos prefieren ignorar. Esa conciencia que solo causa dolor y que arrastramos en nuestras reneganzas; esas reneganzas que solo producen odio y nos estancan en la búsqueda de encontrar cosas que llenen ese vacío tan generalizado, ese mismo odio que hemos almacenado en vez de desplegar.
Y toda esa decepción a lo largo de la vida produce resignación, una suerte de renuncia a nuestros propósitos porque construimos una existencia arrastrando el peso de esas piedras que bien pueden ser de una vez lanzadas a quienes destruyen el mañana. Porque la anarquía no es arrastrar el odio sino asumirlo y lo asumimos con propuestas, con ideas, no con excusas y vacilaciones producto de la ociosidad filosófica y de la escases de la acción directa. Acciones sinceras que reviertan ese triste final que tanto le reclamas a tus verdugos, los mismos que se llenan sus bolsillos con tu pasividad.
I. LA ANARQUIA COMO DECISION
Y llegamos a éste año, en este preciso momento de decisiones que pueden ser el inicio hacia algo novedoso que le otorgue relevancia a nuestras vidas porque no es el dinero, ni la familia, ni las propiedades lo que otorgue la razón de ser del individuo. El mundo del ahora nos ha enseñado a aferrarnos a las vanidades, la sociedad del consumo aparentemente libre y democrática predica que la bondad, la normalidad y el buen juicio radica en esos principios.
Pues llegó la hora de decidir por nosotros mismos sobre el rol que asumiremos, si queremos ser las tuercas que alimenten la mega-máquina industrial y belicista del ahora ó la de hallar dentro de una intelectualidad honesta los elementos que contraríen el transcurso de la historia para empezar a construir la anti-historia: el mañana.

El capital es el dios moderno, el mismo que necesita reestructurarse para no perder vigencia, contener guerras para no perder poder, acrecentar la pobreza para no perder dominio de manera que condicione y se perpetúe en las naciones que ven en él a su inevitable salvador de las crisis financieras, de los bloques fabricados, de las ideologías creadas y comúnmente representadas por tirarnos contratados que le harán perder altura moral en sus luchas para satanizar las dignidades sociales, todo ello para tener el derecho de intervenir en nuestras vidas con sus nebulosas recetas económicas y contratos transnacionales firmados a puertas cerradas.

Pero existen la tecnología, la modernidad y la ciencia que en conjunto hacen todo más sencillo. Es nuestra noción abstracta de que estamos construyendo una sociedad justa y equilibrada a partir de la explotación de mujeres y niños que son usados en medio oriente para fabricar esas herramientas que te alienizan.
¡Pero mira que bien oculto se encuentra todo eso!. Porque la tarea de encontrar apariencias a la “mierda” es sencillo; en resumen, para ello existen los medios masivos de comunicación, las grandes cadenas que desinforman en todos los sentidos a la población a fin de sujetarla a su opio, a la sumisión, a la carencia de ideas.
II. EL PODER CORROMPE, PERO NO TANTO COMO EL CONOCIMIENTO.
Cuando poseemos la inteligencia del “saber”, existe el gran riesgo de sentirnos como dueños de la verdad absoluta; nuestros planteamientos son rígidos, dogmáticos, venidos de una casta revolucionaria intransigente y orgullosa de sus fracasos.

El efecto “distroy” que consecuentemente tumba a las mentes sin expectativas y sin definiciones claras para entender que la anarquía no simboliza el desinterés hacia el mañana; si no por el contrario, es una seria propuesta de inconformidad a lo que existe en el ahora. Esa es una muestra exacta de su irreverencia; Por lo tanto, el ideal ácrata no está pensado en el candado de una acción imposible, sino en el tónico de un pensamiento exigente. ¿De qué manera combates tu inconformidad?
Sin embargo, en el mundo del ahora existen aquellos que son seducidos por el conocimiento, difieren mucho de las ideas del resto al considerarse como iluminados o dioses de la lucha social, aunque lo social vistosamente pretende ocultar la intención egocéntrica de acaudillar las sociedades para implantar ciertas ideologías. Para el mundo, las ideologías le son innecesarias. Las tenemos de todos los tipos, tamaños y se alimentan de la distensión social de los pueblos o grupos humanos que las engendran.
Nos podemos llenar la boca de palabras pero las palabras no lo son todo. A lo largo de nuestra vida han existido instituciones que nos han formado para cubrir ciertos requisitos convivenciales; como es el caso de todo ese bombardeo ideológico venido de las religiones, del seno familiar, de las escuelas y otras instituciones, que han ido fundando perspectivas en nosotros.

Pero no sé si pocos tenemos la oportunidad de dignificar y validar nuestro criterio yendo contra toda esa tiranía mental, cuando ser rebelde no es más que un simple rótulo o una triste promesa juvenil. De ser así, conscientes, es momento de recordar que poseemos solo una vida, es decir, una sola oportunidad en donde podremos acertar o equivocarnos. Un pequeño espacio, un minúsculo momento en la historia alimentada por la “mierda” en donde podremos ser algo más de lo que nos toco vivir, de lo que nos fue permitido, ¡ahí está el desacato!, ¡ahí está la anarquía!.
III. EL CUESTIONAMIENTO ES EL INICIO DE LA LIBERACION
Desde luego que muchos aguardan el ideal libertario no sin antes haber liberado sus pensamientos de los prejuicios y las normativas implantadas en nuestro “yo”. Es de saber, que la mayoría de las personas confían en el subjetivismo como la herramienta que les ayudará a reclamar esa porción de mentalidad que le ha sido arrebatada por la sociedad en su conjunto.

Existen dos ideas que me son urgentes de aclarar al abordar dicho tema: En principio, hay muchos pensadores que se han adelantado a afirmar que el ideal libertario es un romanticismo puro, habría que concluir que esas opiniones son hechas por defensores de la explotación, intelectuales que en su puro derecho defienden al mismo sistema que les otorga, pero algo es cierto: jamás las necesidades del explotador serán iguales a las del explotado. No puede llamarse romántico a la necesidad humana de rescatar la dignidad, a la desesperación por el alimento, a la reclamación ecologista en contra de la continuación de medidas que ponen en jaque a la naturaleza y sus recursos pertenecientes solo al 3% de la población, aquella casta desquiciada dueña de la banca y del dinero.
Cualquier intento por pincelar al egoísmo y la avaricia como actividades humanas intocables y necesarias, no los exime de ser males que deben ser arrancados. Por el contrario, esa acción probable no parte como un hecho utópico, sino como una necesidad otorgada por el carácter humano en la búsqueda de su evolución.

Por lo tanto, no podemos confiarnos en la idea de construir una realidad subjetiva en base a nuestras ideologías o dogmas. Poca observación y mucho razonamiento llevan al error. Mucha observación y poco razonamiento llevan a la verdad. Comparto la idea de que la palabra razonamiento podría sustituirse con provecho por la expresión “dialéctica” en función de una ideología. Es decir, en lugar de aprender de la realidad con todos sus datos y construyendo a partir de ella; se intenta manipular la realidad ajustándola a la coherencia de un esquema prefabricado por la inteligencia de otros.
Tampoco podemos engañarnos negando que todo lo aprendido fue producto de algo que nos han enseñado otros. Pero son pocos los que han reconstruido sus cimientos a partir del cuestionamiento de lo impuesto e incluso, de lo defendido por nosotros mismos cuando no éramos capaces de entender la realidad objetiva.
¿Por qué es fácil arrancar a dios de nuestras vidas? Desde luego porque dios es una simbología a la conservación de las leyes morales que rigen en los grupos humanos. ¿Por qué es tan difícil arrancar a nuestro “yo burgués” de nosotros mismos?, porque esa imagen conceptual fue construida por nosotros mismos para darle satisfacción a nuestra hedonía. No solo basta derrocar los gobiernos materiales ó exteriores sino también a nuestros gobiernos interiores.
continuará...
buena onda resistencia
ResponderExcluires muy bueno el logotipo a la anarquia
ResponderExcluiramei o blog,tou nessa Detesto capitalismo altoritárismo e altoridades sem Exemplo e sem Escrúpulos, o que é caso de quase todos viva á anarquia e os anarquista do bem,um abraço e até a proxma.
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